jueves, 9 de octubre de 2008

UN MODELO EXITOSO DE GESTION DEL RIESGO AMBIENTAL EN LA CARDER

Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales

El compromiso institucional[1] de la CARDER ha vivido dos momentos cruciales. El primero, fue la necesidad de enfrentar el ordenamiento, saneamiento ambiental y prevención de desastres en el tramo urbano del río Otún, que de alguna manera fue el acontecimiento que originó su creación institucional y sobre el cual dedicó gran parte de sus esfuerzos en los primeros años, lo que la condujo a convertirse en una entidad líder a nivel nacional en las investigaciones y actuaciones con relación a la prevención y respuesta ante las emergencias ambientales. Con base en este proyecto se reubicaron 1.300 viviendas, se emprendió la construcción de obras de control de inundaciones y erosión. El segundo momento fue el terremoto de enero de 1999, cuando se debió elaborar el plan de acción ambiental para la recuperación del eje cafetero y en el que la Corporación sirvió como organismo coordinador.

En el tema de movimientos sísmicos, la CARDER ya había realizado estudios de riesgo, gracias a un convenio suscrito en 1991 con el Observatorio Sismológico del Suroccidente Colombiano, gracias al cual se pudieron comprar e instalar sismógrafos, la mayoría de los cuales aun están en funcionamiento.

En 1995 la Corporación inició investigaciones sobre mitigación del riesgo sísmico en Pereira, Dosquebradas y Santa Rosa de Cabal, lo que permitió determinar los posibles efectos de un terremoto en esos municipios e impulsar la aplicación de medidas relacionadas con la construcción de edificaciones de acuerdo con medidas antisísmicas, lo que se constituyó en un trascendental aporte al ordenamiento urbano. Este conjunto de actividades fue esencial para responder adecuadamente en el momento en que se produjo el terreno en 1999 en la zona cafetera.

En 2002 se entregó la zonificación sísmica en diez cabeceras municipales, que sirve para el desarrollo de programas de mejoramiento de vivienda e indicador para el POT.

De otro lado, se han realizado investigaciones desde 1988 para identificar las viviendas ubicadas en zonas de riesgo, implementando una metodología ya validada y que permite hacer inventarios y elaborar mapas. En 1994 se realizó la primera actualización del estudio para el departamento, mientras que en 1998 se actualizó el inventario exclusivamente para Pereira, donde se identificaron 60 sectores urbanos en riesgos que involucraban 180 hectáreas y afectaban 3.484 viviendas.

En la aplicación de la política de gestión del riesgo se llevaron a cabo evaluaciones de geología ambiental en las cabeceras de todos los municipios, en los cuales se demarcaron los suelos de aptitud para uso urbanístico y conservación ambiental. Las conclusiones sirvieron de base para la elaboración de planes de desarrollo simplificados a los cuales se refiere la Ley 9 de 1989 sobre reforma urbana. Así mismo, se realizó el diseño de obras para el control de erosión en trece municipios con el fin de solucionar problemas de estabilidad de laderas y recuperación de drenajes urbanos en Pereira. En los últimos años se ha evaluado la susceptibilidad a deslizamientos en nueve municipios, resultados que permiten una mejor planificación del desarrollo local.

La Corporación Autónoma Regional del Risaralda emprendió en 2005 un estudio denominado “Precisión y ajuste de los referentes ambientales para la revisión de los planes de ordenamiento ambiental”, los cuales empezaron a aplicarse en 2006. Adicionalmente se cuenta con bases ambientales que permiten saber cuáles son las zonas de riesgo de las áreas urbanas de los distintos municipios del Departamento.

En cuanto a amenaza volcánica se firmó un convenio entre CARDER e Ingeominas para definir las áreas críticas que pudieran resultar afectadas por el volcán Santa Isabel y se mostraron las posibles trayectorias de fluidos y afectaciones a asentamientos humanos en el caso de una explosión.

En cuanto a los incendios forestales se implementó un plan de contingencia cuya primera etapa versó sobre la elaboración de un mapa de amenazas, que resultó de un cruce digital de cartografía que incluyó coberturas y usos del suelo, áreas naturales protegidas y áreas aferentes del acueducto, con lo cual se pudo medir el grado de vulnerabilidad de los distintos sitios.

Hoy la Corporación cuenta con un inventario histórico de desastres que se está homogenizando con un software desarrollado por la Red Latinoamericana de Desastres para facilitar la consulta y el cruce de variables, en el que se puede evaluar la incidencia de la actuación del hombre en estos fenómenos y de los movimientos naturales.



Los costos de los desastres en Pereira

Un estudio realizado entre Universidad Tecnológica, CARDER y Alcaldía de Pereira, con el auspicio de Colciencias,[2] señala que el número de las personas ubicadas en zonas de riesgo de inundación y deslizamientos en Pereira va en aumento, debido al incremento de la pobreza y el crecimiento de la migración por el desplazamiento.

Pereira tiene el 15% de su área con muy alta potencialidad para la ocurrencia de deslizamientos y 48% con amenaza media. Aquellos son los más frecuentes, pero los que producen menores perjuicios económicos. Sin embargo, son los movimientos de tierra los que acumulan cerca del 97 por ciento de los impactos económicos negativos sobre el hábitat de los pobladores.

Un cuadro elaborado por investigadores[3] sobre desastres en Pereira, indican que entre 1960 y 2002 hubo pérdidas económicas por un billón de pesos en las viviendas, por efectos especialmente de los terremotos.

Las acciones públicas ante cifras tan alarmantes se relacionan con la reubicación de las familias y aplicar los mandamientos de los Planes de Ordenamiento Territorial para que sirvan como orientadores del desarrollo físico del municipio. También se han aplicado recursos necesarios para implementar proyectos de comunicación, capacitación, prevención y atención.

La gestión relacionada con el riesgo no se ha supeditado a las actividades institucionales sino que han trascendido hacia un trabajo participativo con los distintos actores de la sociedad, buscando que haya información suficiente, conocimiento social del tema, sensibilidad sobre los acontecimientos y capacidad de reacción y colaboración.

La reducción de riesgos y las estrategias de atención de desastres han requerido un fuerte componente educacional, debido a su transversalidad y sus efectos en el ámbito social, económico y financiero. En este sentido, la CARDER ha trabajado en la vinculación del sistema educativo al tratamiento de este tema, acudiendo a foros, seminarios, talleres y cursos, en los cuales se habla de Gestión de Riesgo, Prevención y Atención de Desastres, Simulacros, Incorporación de Riesgos en los POT, Primeros Auxilios, Análisis de Riesgos Sísmicos, Dinámica de Suelos, Reducción de Riesgo Sísmico en Ciudades, Atención de Emergencias, Cultura de Prevención, Vulnerabilidad e Impacto Ambiental

Las acciones actuales

Actualmente se ejecuta el programa Gestión del Hábitat Sostenible y el proyecto Gestión Integral del Riesgo, cuyo principal componente hace relación al manejo, prevención y control de los factores de riesgo ambiental, cuya esencia es mejorar la calidad de vida de la población. Este tema ha sido vinculado en los planes de desarrollo del Departamento y los Municipios y es uno de los aspectos que más se discuten en las mesas ambientales municipales.

Producto del trabajo interinstitucional se revisan los planes de atención y prevención de desastres en las distintas localidades. E incluso, se realizaron visitas a zonas de riesgo en Balboa, La Celia, Mistrató, Santuario, Dosquebradas y Marsella.

Se están ejecutando 25 planes comunitarios para la gestión integral del riesgo, cuya primera fase cubre a comunidades de Pereira, La Virginia, Belén de Umbría y Dosquebradas. También se adelantan talleres comunitarios sobre Gestión Local del Riesgo.

Hay apoyo a los comités locales y regionales de prevención y atención de desastres en el manejo ambiental de emergencias y se monitorean cinco estaciones sísmicas, gracias al convenio con el Observatorio Sismológico del Sur Occidente; y se realiza el estudio sobre balance hídrico de varias cuencas hidrográficas a cargo de la Universidad Nacional de Manizales.

[1] La experiencia CARDER en la gestión del riesgo fue documentada por los profesional de la Corporación, William Vélez, Gustavo Osorio, Jaime Guzmán y Jorge Iván Orozco en el documento S R D, edición 7, septiembre de 2006.
[2] Estudio sobre el impacto que los desastres originados por sismos, inundaciones y deslizamientos han tenido sobre el sector vivienda del área urbana, desde 1960 hasta el 2002.
[3] Estudio sobre “Valoración socioeconómica de los desastres generados por fenómenos hidrológicos, sísmicos y movimientos en masa en el sector vivienda de la zona urbana del Municipio de Pereira a través de su historia”. Pereira. 2005.

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