viernes, 4 de marzo de 2011
El mundo tiene menos árboles y está más seco
Ocho millones de hectáreas son deforestadas cada año y 250 millones de personas sufren los efectos de las sequias.
Desde cuando la ONU llamó la atención sobre la desertificación hace tres lustros, no ha sido posible atajar esta práctica, que ha afectado zonas estratégicas para la regulación del clima y la protección de la biodiversidad como el Amazonas.
Las regiones que más deforestan en el mundo están en África, donde se pierde cada año el 0,6% de su superficie forestal y en América Latina, donde las pérdidas alcanzan el 0,51%.
El caso de Colombia es muy grave, dado que la deforestación supera las 100.000 hectáreas anuales y las acciones de reparación sólo llegan a las 30.000 hectáreas al año, lo cual marca un panorama oscuro para el medio ambiente y la calidad de vida de las personas.
La desertificación agota la oferta hídrica, daña el suelo y afecta el desarrollo humano, y ella se presenta porque es un negocio muy rentable, que genera operaciones anuales multimillonarias. Se sabe que en sólo madera en rollo, se cierran negocios por 400.000 millones de dólares y gran parte de ella es obtenida de manera ilegal y con explotaciones inadecuadas.
Se debe reconocer que hay avances en la consolidación de bosques plantados con fines industriales, además de que se están promoviendo los bosques modelo y programas de gobernanza forestal, en los cuales está involucrada la CARDER.
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